jueves, 23 de julio de 2015

qué es importante en su vida?///...

Tomado de facebook Desmotivaciones Un profesor se paró frente de su clase mientras tenía algunas cosas en su escritorio. Al dar comienzo a la clase, tomo un gran frasco de vidrio que estaba vacío y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Rompió su silencio preguntando a sus alumnos si el jarro estaba lleno. Sin excepción, todos los estudiantes asintieron. El profesor después tomo una caja con canicas de cristal y las vertió entre las pelotas de golf que antes había puesto en el jarro. El profesor sacudió el jarro suavemente y las canicas escurrieron a los espacios que habían quedado entre las pelotas de golf. Nuevamente, el profesor preguntó a sus alumnos si el jarro estaba lleno. Los alumnos, sorprendidos, respondieron con un “sí” unánime. El profesor tomó una pequeña caja de arena y la vertió dentro del jarro. Por supuesto, la arena lleno todo el espacio que quedaba en el jarro. Pregunto una vez más si el jarro estaba lleno. Los estudiantes respondieron en voz alta y al mismo tiempo “sí”. El profesor sacó después dos cervezas debajo de su escritorio y las vertió completamente dentro del jarro de vidrio llenando el espacio entre la arena. Los estudiantes rieron. “Ahora”, dijo el profesor mientras la risa disminuía, “Quiero que piensen que este jarro representa su vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes – su familia, los hijos, la salud, los amigos y sus pasiones. Si lo perdieran todo y solo estas cosas importantes quedaran, su vida todavía estaría llena y plena. Las canicas representan las otras cosas que importan como su trabajo, su casa y su auto. La arena es todo lo demás, el resto.” “Si ponen la arena primero dentro del jarro vacío”, continuó, “No habrá más espacio para las canicas o las pelotas de golf. Lo mismo pasa en su vida.” “Si pasan todo su tiempo y energía en las cosas pequeñas, nunca van a tener espacio para las cosas que son realmente importantes.” “Presten siempre atención a las cosas que son realmente importantes para ser felices. Pasen tiempo con sus hijos. Pasen tiempo con sus padres. Visiten a sus abuelos. Salgan a cenar con su esposa. Disfruten otra fiesta en familia. Siempre habrá tiempo después para limpiar la casa y cortar el césped. “Siempre preocúpense de las Pelotas de golf primero - las cosas que realmente importan. Fijen sus prioridades. El resto es sólo arena.” Una vez que el profesor había terminado, uno de los estudiantes levanto su mano y preguntó que representaba la cerveza. El profesor sonrió y dijo, “Que bueno que preguntaste. La cerveza solo muestra que no importa cuan llena de cosas parezca tu vida, siempre hay tiempo para compartir un par de cervezas con un amigo.”

lunes, 20 de julio de 2015

El cerebro, la obra maestra de la naturaleza

Tomado de: http://www.elmundo.es/ciencia/2015/07/19/559f9068ca4741ee098b4574.html NEUROCIENCIAPublicación del CSIC El cerebro, la obra maestra de la naturaleza El neurólogo Javier DeFelipe desvela en su nuevo libro, 'El jardín de la neurociencia', la belleza natural del sistema nervioso P. UNAMUNOMadrid Actualizado:19/07/2015 04:55 horas Todo comenzó con el dibujo. Los padres de la neurociencia sólo podían recurrir a él para convencer a sus colegas de la veracidad de sus observaciones al microscopio. Por si fuera poco, la enorme complejidad de la estructura del sistema nervioso les impedía dibujarlo todo y debían elegir únicamente aquellos elementos importantes para lo que quisieran describir en cada momento. Así fue como el científico se convirtió en intérprete del mundo microscópico. Estas limitaciones, unidas al carácter rudimentario de las ópticas de los primeros microscopios y de los incipientes métodos de tinción, condujeron a fisiólogos e histólogos a ver en el cerebro el campo idóneo para la expresión artística. Ese "puente fascinante" entre ciencia y arte ha inspirado a uno de nuestros neurocientíficos más eminentes, Javier DeFelipe, un libro de gran formato y exquisita factura, El jardín de la neurología, publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el Boletín Oficial del Estado (BOE). El subtitulo del lujoso volumen explica ya bastante sobre sus intenciones: Sobre lo bello, el arte y el cerebro. DeFelipe lo explica con más detalle en el prefacio al indicar que ha sido su intención seleccionar una galería de imágenes del sistema nervioso -de hombres y animales- que, "de una manera asombrosamente estética, representan conceptos y descubrimientos importantes en el ámbito de la neurociencia". La finalidad del libro no es otra que mostrar tanto al entendido como al lector normal que «el estudio del sistema nervioso no sólo es relevante porque representa uno de los grandes retos de la investigación de las próximas décadas, sino porque posee una insospechada belleza natural», desvela el profesor de investigación del CSIC, líder del Cajal Blue Brain y codirector y coordinador científico del proyecto mundial Human Brain Project. El jardín de la neurociencia, que toma su nombre de la expresión empleada por Santiago Ramón y Cajal, pone de manifiesto la belleza intrínseca del cerebro, pero ofrece además un ángulo sorprendente de la cuestión: el insólito parecido que guardan las imágenes del sistema nervioso obtenidas mediante las modernas técnicas de imagen con las creaciones de grandes pintores e incluso con obras de arte naturales como el plumaje de un pavo real. DeFelipe señala que las imágenes que ofrece el microscopio de luz polarizada de los neurotransmisores cristalizados más importantes del cerebro -glutamato, GABA, noradrenalina, serotonina, acetilcolina y dopamina- «se parecen a las pinturas cubistas o al arte abstracto de Franz Marc o Juan Gris». un conjunto de células nerviosas que parecen 'fuego en el cerebro'. CSIC/BOE En la estampa multicolor que ofrecen las neuronas sensoriales de la raíz dorsal de un embrión de ratón, el investigador advierte un parecido indudable con un cuadro de Marc Chagall, The dreamer, y es difícil quitarle la razón cuando establece un paralelismo entre la imagen de una progenie de neuroesferas y una pintura de Joan Miró, y entre una cascada de fibras musgosas en el cerebelo y un cuadro de Monet. En el aspecto que muestran tres axiones motores, resaltados en color amarillo y azul, del músculo de un ratón transgénico de camino a sus dianas, las fibras musculares, DeFelipe ve muy verosímilmente un florero pintado por Paul Cézanne. Las expresiones de aromatasa, que es la enzima responsable de la síntesis de estrógenos, sugieren por su parte deslumbrantes creaciones de la naturaleza. Una de ellas, correspondiente al cerebelo, recuerda al plumaje policromado del pavo real, incluidos sus característicos ojos. Otra revela la aromatasa en astrocitos después de una lesión cerebral y evoca la presencia de fuego en el cerebro, lo que resulta quizá una metáfora certera de la realidad. El planteamiento de DeFelipe, tan bien sustentado en las imágenes de gran calidad del libro, se antoja una demostración de cómo la vida puede imitar al arte y, dejándose llevar por el ejemplo del investigador, permite refutar la convicción que recorre todo el arte del siglo XX acerca de la incapacidad de la naturaleza para crear belleza verdadera. Desde los impresionistas, los artistas plásticos parecieron hacer suya la idea de Baudelaire de que «la naturaleza no tiene imaginación». El padre del simbolismo literario quería «las praderas teñidas de rojo, los ríos amarillo de oro y los árboles pintados de azul», y los pintores de la vanguardia se lanzaron en tromba a ese proceso de emancipación del naturalismo. Neuronas que se asemejan a un florero pintado por Cézanne. CSIC/BOE Los sorprendentes giros de la vida han querido que, como postula DeFelipe, las imágenes del cerebro recuerden justamente a algunas de esas obras que huían de forma deliberada de la representación exacta de la realidad, gracias -eso sí- al desarrollo de la microscopía confocal y a la disponibilidad de nuevos fluoróforos, reactivos de inmunofluorescencia y ratones transgénicos que expresan selectivamente en las neuronas proteínas fluorescentes en distintos colores. Las nuevas técnicas han abierto otro periodo de inspiración artística que se ha traducido en exposiciones como la famosa Paisajes neuronales, inaugurada en Barcelona en 2006 y presentada posteriormente en 17 ciudades españolas y 15 de otros países. El comité organizador de Paisajes neuronales escogió como obra estéticamente más atractiva la de Tamily Weissman y Jeff Lichtman, de la Universidad de Harvard, que mostraba la apariencia sedosa del hipocampo con corteza de un ratón Brainbow y a Lidia Blázquez-Llorca le sugería una "paleta de pintor". Javier DeFelipe se adentra un paso más en su jardín al aventurar que las trayectorias de las fibras nerviosas que conectan distintas partes del cerebro, y que "se pueden visualizar in vivo como un mapa de colores que se obtiene mediante un tratamiento matemático" de las imágenes que ofrece la resonancia magnética, parecen reflejar "el flujo mental del proceso creativo del pintor abstracto o de artistas como Monet o Van Gogh". Un conjunto de neuroesferas que recuerdan a algunos cuadros de Miró. CSIC/BOE Absorto ante «el asombroso parecido entre el arte que crea nuestro cerebro y la belleza natural de sus paisajes neuronales, especialmente cuando ocurre inadvertidamente para el artista», el investigador alude a las pinturas al óleo de vides del artista Cristóbal Guerra (Gáldar, 1960), tan semejantes a las imágenes que se obtienen mediante el microscopio confocal de las alteraciones de las neuronas más abundantes de la corteza cerebral, las células piramidales, en enfermos de Alzheimer. Las placas de beta-amiloide típicas de esta enfermedad presentan semejanzas claras con las nebulosas y otros cuerpos celestes que hacen meditar al autor sobre la relación «entre el macrocosmos y el microcosmos» y le sitúan ante el vértigo de observar al mismo tiempo la diferencia entre las dimensiones formidables de un agujero negro, por ejemplo, y las pocas millonésimas de metro que mide una de las citadas placas. El deterioro cognitivo progresivo del mal de Alzheimer, sumado al hecho que sus alteraciones van afectando a regiones cada vez más amplias del cerebro, trae a la memoria del científico la famosa pintura de Van Gogh La noche estrellada. Neuronas de un ratón que recuerdan un campo de amapolas o a los Girasoles en el jardín, de Klimt. CSIC/BOE "En este cuadro las estrellas son como las placas que parecen moverse (propagación de las placas) impulsadas por un viento -los trazos en forma alargada que aparecen en la parte central del lienzo- que invade el cerebro del paciente", escribe DeFelipe, que concluye lo que, con todo su poder evocador y el mejor espíritu "intruso", es sólo una parte de esta obra monumental ensalzando el "bello ejercicio mental" que representa "intentar que ambos universos se condensen en nuestro cerebro a través del arte y la ciencia". Tan admirador de Ramón y Cajal como de Juan Ramón Jiménez, Javier DeFelipe reivindica la prosa poética del autor de Platero y yo como otro puente que enlaza disciplinas que necesitan unas de otras para dar cuenta de una realidad cuya comprensión de todas maneras se nos escapa. "Magnífica síntesis de arte, ciencia y humanidad", en palabras de Eudald Carbonell, el libro no se limita al sugerente ejercicio de establecer analogías entre imágenes reales y obras de arte sino que también expone los avances y retos de la neurociencia actual además de recorrer la historia de la neurona y de los métodos que se usaban en los albores de esta rama del saber que aún hoy sigue siendo la más enigmática, como indica el paleontólogo y arqueólogo gerundense en la presentación del volumen editado por el CSIC y el BOE. A su innegable utilidad científica, pues cada ilustración lleva su leyenda original y su fuente bibliográfica exacta, El jardín de la neurología añade un cuerpo principal de bellísimos dibujos de la época dorada de la creatividad artística aplicada a la neurociencia. Esas recreaciones salieron de los pinceles de grandes pintores como Santiago Ramón y Cajal, Camillo Golgi o Anders Retzius, que al mismo tiempo estaban fundando la neurociencia moderna.

miércoles, 15 de julio de 2015

11 secretos para ser un buen líder y 10 para no serlo

Tomado de: http://mclanfranconi.com/11-secretos-para-ser-un-buen-lider-y-10-para-no-serlo/ 11 secretos para ser un buen líder y 10 para no serlo EmpresaVariosfeb 7, 2009 174 61012 11-secretos-para-ser-un-buen-lider Leyendo el libro de Napoleón Hill “Piense y hágase rico” encontré uno de sus capítulos una serie de reglas o mejor dicho tips para ser un buen líder e incluso otros tips que se deben tener en cuenta no cometer errores. A lo largo de este texto voy a mencionar esas reglas a tener en cuenta e incluso con algunos ejemplos personales o conocidos que escuché a lo largo de mi vida. Vamos a comenzar mencionando que existen dos tipos de personas en el mundo a grandes rasgos. Por un lado está el ”Dirigente” o el que dirige y por el lado el “Dirigido” o “Seguidor”. No queda mucho por decir aquí. O somos líderes que dirigen personas o nos dirigen a nosotros; esto va tanto en política como en el ambiente laboral; social o familiar. 11 secretos para ser un buen #lider y 10 para no serlo CLICK PARA TWITTEAR 11 SECRETOS PARA SER UN BUEN LIDER 1 – Valor inquebrantable: Un buen líder se debe conocer lo suficiente no solo de manera personal sino también en el área o rol que desempeña. Nada quiere ser liderado por alguien a quien le falta valor o confianza en sí mismo; no hay seguidores inteligentes que puedan ser dominados mucho tiempo por este tipo de líder. Por ejemplo pensemos en un equipo de fútbol donde su director técnico no tenga confianza no solo en sí mismo como director del equipo; sino también en su gestión en las estrategias y motivación del equipo. Eso a la larga se transmite y el equipo comenzará a detectar esto. 2 – Autodominio: Un hombre que no puede dominarse a si mismo jamás podrá dominar a otros. El autodominio es justamente un ejemplo para las personas; que aparte se identificarán (para eso sirve un líder en gran medida) y tratarán de emularlo. Un líder sin autodominio es justamente un mal ejemplo a seguir. Un ejemplo de esto sería ir a alcohólicos anónimos y que el encargado del grupo sea un borracho. Parece un ejemplo tonto; pero muchas veces en nuestros trabajos o en la vida nos encontraremos con personas que quieren ser líderes pero que no tienen un dominio propio y terminan haciendo lo contrario a lo que dicen. 3 – Profundo sentido de justicia: Napoleón Hill dice: Sin sentido de nobleza y de justicia ningún líder puede influir en sus seguidores ni ser respetado por ellos En la entrada anterior mencioné que hace tiempo tenía un jefe que no solo no reconocía mis trabajos; sino que también se acreditaba públicamente como el autor de los mismos. Esa persona podía tener todos los rasgos de un líder, pero ese pequeño detalle; esa falta de nobleza hacía que muchos de sus empleados estén incómodos con el ambiente de trabajo. Lectura recomendada: 11 secretos para ser un buen jefe y 10 para no serlo. 4 – Decisión: Un hombre que dude de sus decisiones está demostrando que no está seguro de sí mismo; de esta forma no puede dirigir con éxito. Qué ejemplo más simple que un coronel en medio de una guerra. Imaginen que vienen el pelotón y le preguntan si atacan o no; el coronel contesta dudosamente con una pregunta: “¿Ustedes qué creen que deberíamos hacer?”. Es bien simple… un líder que duda; no es un líder y ya verán más adelante el por qué; cometa o no un error. 5 – El líder exitoso debe planear su trabajo y trabajar su plan: Un líder que actúa solamente por intuición a la larga es como un barco que no tiene timón. Va a parar en cualquier puerto. Un buen líder debe armar planes y seguirlos. Nuevamente tomemos como ejemplo un coronel planeando una estrategia de ataque. En medio de una guerra no se puede actuar por intuición; se debe planear una estrategia; elaborar un plan y luego seguirlo para asegurar el éxito. 6 – Trabajar más que los demás: Un aspecto clave de un buen líder es justamente el tener una buena voluntad y hacer más de lo que exige a sus seguidores. Caso contrario no está demostrando un buen sentido de liderazgo; sino más bien una suerte de manipulación. Volvamos a hablar de la guerra; pero varios años atrás cuando se andaba a caballo todavía. Seguramente vieron en las películas de época que el líder iba con su caballo blanco delante de todo; primero y dispuesto a recibir el primer golpe del enemigo. Ser primero en una guerra es muy diferente a estar al final. 7 – Personalidad agradable: No queda mucho que decir; las personas carismáticas; genuinas; que tienen una personalidad agradable tienden a mejorar el sentido de liderazgo. En este aspecto conozco muchas personas que tienen una personalidad magnética y son tratados como líderes por su forma de ser aunque les falte una o varias cualidades. Me pasó alguna vez en la vida; ser tomado como un líder en algún momento sobre algo que no tenía o no debía liderar; pero muchas veces por la personalidad las personas se siente atraídas y a gusto con tener al mando a alguien así. Obviamente hay que saber dar marcha atrás y dejar bien en claro que en ese momento uno no puede tomar ese tipo de acciones. En esa época me faltaba demasiado por aprender sobre liderazgo. 8 – Simpatía y comprensión: Un buen líder debe ser simpático con sus seguidores; capaz de comprenderlos, tanto a ellos como a sus problemas. Esto es tan simple como comprender que estamos a cargo de un grupo humano. Cuando lideramos no manejamos recursos humanos; sinceramente el concepto “Recursos Humanos” no me gusta; un recurso puede ser financiero; tecnológico o lo que uno quiera; pero cuando está rodeado de personas… son personas y punto. Un buen líder debe comprenderlas y también a sus problemas. Se rieron tanto que llegamos a la final El mejor recuerdo que tengo es de la época de colegio; siempre se armaban torneos de fútbol y existían muchos equipos; pero siempre quedaban afuera de ellos un grupo de chicos que por no ser populares o por otras razones no eran integrados. Un día simplemente para probar armé un equipo con estos chicos; se llama “Los descomplejados mentales” era el equipo del cual medio colegio se reía. Se rieron tanto que llegamos a la final pero perdimos; aunque lo importante fue que en ese equipo se comprendían a las personas y sus problemas… y para mi fue todo un honor jugar junto a ellos!!! Lectura recomendada: 7 actividades para convertirse en líder y que nunca nadie te dijo 12 secretos de las personas altamente simpáticas 9 – Maestría en el detalle: Simplemente ser un maestro en el arte de ser detallista. Un buen líder debe ver desde el aspecto mínimo hasta el más avanzado tratando de que nada quede afuera. Con esto me viene a la cabeza hace poco un documental que vi con mi hermano sobre el mantenimiento de un portaviones; la persona con el mayor puesto dentro del mismo (eran unas 1500) no solo se encargaba de hablar día a día con casi todos los que allí estaban; sino que también se preocupaba de examinar todos los detalles del portaaviones (que le tomaba una semana). Este hombre era un ejemplo a seguir por su tripulación y así actuaban ellos. 10 – Voluntad y deseo de asumir plena responsabilidad: Un líder de éxito debe desear asumir la responsabilidad por lo que respecta a las equivocaciones o negligencias de sus seguidores. Si trata de evitar esta responsabilidad es casi seguro que su puesto durará muy poco. Cuando un seguidor comete un error, es el buen líder el que siente que cometió ese error. No conozco muchos casos sobre este tema o mejor dicho no me viene a la cabeza ninguno. Es complicado encontrar un líder que se haga cargo de los errores de sus seguidores; sucede que en los tiempos de hoy en día esto es complicado. Pero seguramente cada uno de ustedes tendrán presente alguna situación donde el líder se hace cargo de los errores de sus seguidores; a la larga significa que el líder no ha realizado un buen trabajo. 11 – Cooperación: El líder exitoso comprende y aplica el principio del esfuerzo de cooperación y es capaz de inducir a sus seguidores a que hagan lo mismo. Simplemente consiste en saber cooperar con los demás y lograr que los demás comprendan esto para aplicarlo en sus acciones. No queda mucho por decir aquí; el líder es parte de un todo que debe saber hacer funcionar; y a su vez transmitir ese mensaje a los demás para que exista una sinergia de trabajo entre todos. Bueno hasta aquí tenemos los 11 secretos para ser un buen líder; obviamente existen muchas cosas más que complementan a serlo, sin embargo los líderes tienen usualmente estos puntos en común. Lectura recomendada: Infografía que detalla la anatomía de un buen líder Pero llegó el momento de descubrir los 10 secretos o mejor dicho los 10 errores que hacen que una persona NO sea un buen líder y que describo a continuación: 1 – Falta de capacidad para organizar detalles: Todo buen líder debe saber organizar y dominar todo tipo de detalles; esto se habló más arriba justamente. Aquella persona que no pueda lograr esto; tiene un punto más en la columna de “No soy un buen líder”. Cuando un líder se presenta como demasiado ocupado para atender a planes o emergencias está admitiendo también su falta de eficiencia. Por supuesto que todo esto significa también tener la capacidad de poder traspasar los detalles a ayudantes competentes. 2 – Poca voluntad de prestar un servicio humilde: Un buen líder simplemente debe ser capaz de ejecutar cualquier tipo de trabajo que exigiría a otro. Algo tan simple como comprender que el buen líder no solamente es un ejemplo a seguir; sino que también es fuente de conocimientos a adquirir por otros. 3 – Espera una recompensa por lo que saben en lugar de “lo que hacen con lo que saben”: Es muy simple, un buen líder no se lo considera tal por lo que sabe; sino más bien por lo que hace con lo que sabe. El mundo está lleno de personas totalmente inteligentes y llenas de conocimientos; pero aquellos líderes verdaderos son los que fueron capaces de utilizar todos esos conocimientos y hacer algo con ellos. 4 – Temor a la competencia de los seguidores: Un líder que tema que en algún momento alguno de sus seguidores pueda ocupar su cargo, tiene por seguro que esto sucederá en algún momento. Un buen líder justamente sabe aumentar la eficiencia de los demás para inducirlos a rendir más; sin tener miedo de que generar eso se convierta en un peligro. Caso contrario no estaría realizando bien su función de líder. 5 – Falta de imaginación: Sin ella todo líder es incapaz de generar planes de acción o hacer frente a las emergencias que puedan guiar de forma eficaz a los seguidores. Justamente en momentos así, todos los ojos van a parar al líder quien debe saber reaccionar de forma correcta para hacer frente a cualquier problema. 6 – Egoísmo: Un líder que reclame para sí mismo todos los honores del trabajo de sus seguidores, puede estar seguro que en algún momento se encontrará con un resentimiento constante por parte de ellos. Cuando alguien sigue a un líder lo hace porque se siente identificado con el mismo; con su forma de pensar y actuar, por lo tanto actuar egoístamente significa romper ese eslabón importante en la cadena de cualquier liderazgo. 7 – Intemperancia: Esto significa que aquel líder que rompa el temperamento por cualquier razón termina generando un descontento en los demás. A nadie le gusta la gente sumamente ansiosa; que pierde de nada el temperamento o que sofoca a las personas. Simplemente para ser un buen líder hay que controlar demasiado bien esto. 8 – Deslealtad: Cualquier líder que no sea fiel a la confianza que depositan en él sus seguidores, no va a durar mucho como líder. Retomamos con esto el sentido que las personas que sigue a cualquier líder lo hacen porque se siente identificadas con él; por lo tanto ser desleal es uno de los principales motivos por el cual muchos líderes dejaron de serlo. 9 – Énfasis de la autoridad del liderazgo: Cual buen líder sabe estimular e inducir a las personas a ser más eficaces en lugar de estar inyectándole temor a los mismos. Cualquier líder que use su posición y abuse de la misma por medió del énfasis de su autoridad, está dejando de ser líder para convertirse en dictador. 10 – Énfasis en el título: Un líder competente no requiere ningún título que le gane el respeto de sus seguidores. Aquella persona que siempre recalca de sobremanera esto es porque no tiene mucho más por decir. Las puertas de un buen líder están siempre abiertas a todos sin necesidad exigir que las personas se pongan a su altura. Entonces hasta aquí hemos visto los 11 secretos para ser un buen líder y 10 para no serlo; que Napoleón Hill comenta en su libro “Piense y hágase rico”. Recomiendo este libro que considero algo denso en un principio pero llegando al punto medio tiene muchas cosas interesantes que rescatar. De todos modos en próximas entradas del blog comentaré otros puntos importantes que encontré en el libro y me gustaría compartir con todos ustedes.

lunes, 13 de julio de 2015

Nairo entrenaba persiguiendo mulas e increpando conductores

Tomado de: http://www.boyacaradio.com/noticia.php?id=6071#ver Nairo entrenaba persiguiendo mulas e increpando conductores Foto: Archivo Particular Comparte Señal Deportes realizó un interesante trabajo sobre la vida de Nairo Quintana... aquí una nota sobre sus entrenamientos con Cayetano Sarmiento, su compadre Publicidad Aporta un "Me gusta" a este portal ¡Gracias! ‘Cuscas saca papa’. Así les decían los niños de Arcabuco a Cayetano Sarmiento y a Nairo Quintana por crecer en las montañas, por tener que trabajar el campo y por cultivar la papa para venderla los martes, día de mercado. Uno vivía cerca a agua Varuna, en una pequeña casa agarrada con las uñas de la montaña, mientras que el otro lo hacía unos cuantos kilómetros más arriba, en la vereda Concepción de Cómbita, a un costado de la vía. Desde muy niños escarbaban la tierra hasta que se tornara completamente negra. Con el azadón picaban y limpiaban la maleza para dejar el cultivo lo más puro posible. Después, hacían el camino por el cual ponían la larga hilera de semillas. En esa época, ninguno contaba con tractor por lo que la fuerza para abrir los senderos la ejercía una pareja de bueyes escoltados por sus padres. Tomaban tres papas de diferentes tamaños y las escondían en el mismo hueco para jugar con las probabilidades. –A ver cuál brota. Al menos una tiene que funcionar. Esa fue la enseñanza para sembrar. Ya con las zanjas perfectamente alineadas, tapaban el surco con las manos formando una pequeña elevación de tierra. Quitaban cualquier señal de verde que intentara colarse en el paisaje atezado y esperaban por meses hasta que apareciera una flor morada con centro amarillo como si tuviera un pequeño banano en el medio. “Sabíamos de memoria cómo hacerlo. Si hoy nos dan un pedazo de tierra, el Nairo y yo podemos sacarle una buena carga de papa”, dice Cayetano con una sonrisa pícara. Se conocieron en la cancha de baloncesto olvidada que cada martes se transformaba en plaza. Sus padres vendían sus productos y ellos tenían que hacer los domicilios por todo el pueblo. Que vaya a la casa de los Malagón o a la de los Guzmán, todo en bicicleta. Esas fueron sus primeras pruebas. Pedaleaban contra los segundos para evitar una pela. En el colegio Alejandro de Humboldt nació su amistad. Descubrieron que no sólo el campo los unía. Compartían otra pasión: el ciclismo. Ambos iban a clase en su bicicleta desafiando la terquedad de sus padres, a quienes no les gustaba verlos rodando en la carretera en medio de tractomulas y camiones. Empezaron a entrenar juntos. Salían de clases a las dos de la tarde y se iban hasta Moniquirá y volvían al pueblo cerca de las cinco. Pincharon cientos de veces y sin un equipo adecuado tuvieron que apelar a la recursividad. Nairo era el encargado de buscar plantas largas y delgadas llamadas pitas, para envolver una parte del neumático y así formar un nudo sobre el pequeño orificio. Cayetano apretaba la goma con los dientes para que fuera más fácil amarrar el pedazo de rama. Se turnaban esa función pues no era justo que uno solo quedara siempre con el sabor de caucho en su boca. Con la avería arreglada, tomaban la bomba de aire, inflaban la llanta y seguían su camino. Cuando la cadena o el tensor eran los que fallaban no había remedio. Tocaba regresar a casa caminando, siempre juntos, así el otro tuviera su cicla en buen estado. Fortalecieron una amistad que terminó por convertirse en hermandad. Cayetano, cual hermano mayor (le lleva a Nairo tres años), le heredó su primer uniforme. Era verde, amarillo por la parte del sobaco y con unas rayas negras que hacían juego con la pantaloneta del mismo color. No tenía ningún logo. Lo había obtenido tras hacer un trueque en el salón con Héctor ‘El Diablo’, quien después de una semana de negociaciones aceptó a regañadientes unos guayos a cambio. Hasta ahí le llegó la pasión por el fútbol a Sarmiento. “Nairo era muy delgadito y pequeñito por lo que el uniforme le quedó gigante. Ese trapo vivió tanto que hasta Dáyer Quintana lo usó en sus comienzos. La pantaloneta se transparentó y tuvieron que botarlo”, cuenta Cayetano. Los dos entrenaban con una cachucha para evitar la inclemencia del sol. A veces, don Raúl, dueño de la bicicletería Ciclorama en Arcabuco, les prestaba un casco azul para que fueran a las competencias. Era público, el que todos habían portado, una reliquia para Raúl que predicaba el uso permanente de protección en la cabeza y que, irónicamente, moriría años después en la vía a La Palma tras caerse y golpearse fuertemente en la sien. Ese día olvidó su casco. Nairo se vio obligado a dejar las gorras a un lado y protegerse en 2006 cuando un taxi lo arrolló, le rajó la cabeza y lo dejó inconsciente por tres días. “Don Luis me llamó preocupado a contarme que por poco le matan a su muchacho. Que estaba internado en el hospital San Rafael de Tunja, y que en poco tiempo volverían a casa”, recuerda Rusbel Achagua, primer entrenador de Arcabuco. Desde ese momento don Quintana obligó a su hijo a usar un casco que parecía más una totuma para sacar el agua del lavadero. “Se veía como una tortuga ninja porque el casquito era verde. Pero a él no le importaba. Con ese iba a los otros pueblos a competir”, dice Cayetano, hoy corredor del Team Colombia. Durante muchos años subieron hasta el Alto de Sote como preparación antes de las carreras. A las afueras del pueblo, al frente de Villa Amparito, esperaban una tractomula y se le pegaban a la rueda para medir fuerzas con el monstruoso vehículo de seis ejes. En una ocasión, un conductor asustado por los robos de aquel entonces, frenó en seco y ambos fueron a dar contra la parte trasera de la ‘mula’. “Nos pegamos durísimo en la cabeza. Nairo se puso tan bravo que cambió la relación y se fue a la caza del mulero para braviarlo y reclamarle. Él era así. Usted lo veía todo pequeñito pero no se dejaba de nadie”, apunta Sarmiento. La rabia le ayudaba a que hiciera cierto tipo de combustión y pedaleara más rápido de lo habitual. Sus peleas con las mulas no pararon. En otra ocasión, ya entrenando con su hermano Dáyer, un conductor le frenó en seco, solo que esta vez el camión estaba repleto de varillas y el impacto contra las puntas de acero que sobresalían del vehículo les dejó unas cuantas raspaduras en la cara. Tenso como un tambor arrancó detrás del chofer, quien al verlo alegando y manoteando por el espejo retrovisor, paró bruscamente, se bajó con un barrote y lo persiguió para pegarle. Nairo lo insultó varias veces mientras acrobáticamente esquivaba los golpes. Las batallas con los muleros ya son un simple recuerdo. Ahora, cuando lo ven rodando con el uniforme de Movistar hacen sonar la bocina, incluso se bajan para pedirle una foto. Nairo se ganó su respeto y de paso cientos de vigías en las carreteras de Boyacá que ahora velan por su seguridad cada vez que entrena. Eso consiguió el valor de un niño que nunca se dejó de nadie, ni siquiera de los más grandes. Con información de Señal Deportes Fuente: Boyacaradio.com